Puente de Andalucía. 29 de Febrero. Todos los pueblos de la serranía de Ronda con el cartel de “Aquí no se cabe”

Lo tenía pendiente y decidí visitar Juzcar, conocido como “el pueblo pitufo” por estar completamente (al completo 95%) teñida las casas de azul por ser elegido para patrocinar el film de los pitufos y que actualmente sigue explotando tal circunstancia

Llega la hora del almuerzo y viendo el pequeño mapa que te dan a la entrada de pueblo observo que hay unos 4-5 bares en todo el poblado.

Buscamos en google opiniones para ver a cual vamos y decidimos ir al Caserón. Por suerte del destino, nos equivocamos y terminamos sentados en “Parriba y pabajo”

Puedo decir sin tapujos que es una de las mayores sorpresas gastronómicas de mi vida. No esperaba encontrarme en Juzcar una cocina altamente creativa, valiente y sabrosa.

Los platos que pedimos eran todos platos del día menos el tomate trufado.

Comenzamos el almuerzo por el ya mencionado tomate trufado con vinagre de módena. He de reconocer mi obsesión por los tomates, y éste en particular estaba buenísimo. Con el toque de módena suficiente para darle el sabor y que no sea protagonista.

Continuamos con un variado de croquetas: jamón, cola de toro y setas. ¡A cada cual mejor!

Ahora vamos con los dos platos estrella: Revuelto de boletus con foie y torrija brioche con pluma y foie.

No sé ni por donde empezar, todo estaba tan bueno, tan tan bueno. El revuelto venía con boletus de la zona y un foie tan rico que es imposible que este plato no esté bueno.

La torrija es punto y a parte. Una idea tan arriesgada (sobretodo por la zona) ya te llama la atención, y su sabor reafirma que la idea era brillante. Un buen producto, bien armonizados entre sí y aderezados por una crema de mango muy suave. Volvería a por la torrija a diario.

Finalizamos con una porción de tarta de queso.

Si pasáis por Juzcar no dejéis de visitar “Parriba y pabajo” y decid que vais de parte del Comilón Anónimo.

Estoy de vuelta.